AQUELLA AMADA MASCOTA

Quienes tuvimos un Tamagochi sentimos bien cerca nuestra primera experiencia como padres. Su vida dependió de nosotros, de nuestra responsabilidad y nuestro amor. Lo cuidamos, lo vimos crecer, lo tapamos las noches frías , en fin, nos involucramos hasta tal punto que muchos lloramos cuando se nos fue. (Si, lloraste, no te hagás el que no te acordás!). Incluso en otras culturas, la muerte de tamagochis fue motivo de suicidio para sus amos.

Ahora ya crecidos, miramos atrás y sentimos vergüenza. “¿Cómo pude estar pendiente de ese bichito?, Lo acariciaba, qué imbécil!, Estuve meses buscándole una novia!

Pero detengámonos a pensar un segundo en lo que sufrimos con su muerte, en cuánto lo quisimos… ¿Acaso merece estar en un cajón entre forros y ballenitas? ¿Es justo que sus restos descansen en la vidriera de una casa de juguetes vintage de la Bond Street?

Démose a los alguna vez queridos Tamagochis una muerte digna, una despedida justa. Enterrémoslo, cremémoslo, sólo así podremos hacer que descanse en paz, y nosotros estaremos más tranquilos borrando una etapa negra de nuestro pasado y riéndonos de los bobos que fuimos.

Bajá Acá tus llantos en mp3:
Llanto Andrea del Boca en Celeste.

Bajá Acá tus llantos en mp3:
Llanto Will Ferrel en Rompebodas.

Bajá Acá tus llantos en mp3:
Llanto Quico de El Chavo.

No hay comentarios: